El espectáculo se desarrolla en una calle peatonal transitada. No existe un argumento fijo para las secuencias que en este número se desarrollan, preferimos que sea el público quien marque el ritmo y las pautas del mismo. El payaso interactúa con la gente y crea, a partir de técnicas de teatro de improvisación, multitud de historias y escenas inéditas sin más medios que sus propias habilidades y, claro está, la buena disposición del resto de “actores” (los fortuitos espectadores…).
Con este espectáculo, tratamos de escapar del mito provocador y casi agresivo del payaso en la calle. Buscamos ante todo despertar la ternura y la participación de los asistentes al número y, por descontado, arrancar al menos una sonrisa a todo aquel que se acerque.
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